No traigo puesta ropa
negra.
Esta Navidad, a pesar de traer una sonrisa en la boca, te vi
distante y distraída, como si ya tuvieras puestos los ojos y el corazón en
otros mundos. A lo mejor te acordaste del abuelo más que de costumbre, y
decidiste que tu tiempo en esta vida ya había sido suficiente, que los hijos y
los nietos ya estábamos grandecitos y que tú ya tenías más gente allá que acá,
y no te culpo abuela, hasta me das envidia. De alguna manera yo sabía que ese
abrazo que te di el 24 iba a ser el último.
A la que vi después en esa cama de hospital ya no eras tú.
Era tu cuerpo más pequeñito que de costumbre, pero tú ya no estabas ahí. Te nos
habías ido a quién sabe dónde, pero aún no estabas lista pa soltarnos. Ya vete, ya descansa, te rogué cuando te
vi tan indefensa, tan llena de tubos que te amarraban a fuerzas a esta vida a
la que yo todavía no entiendo. Aprovecha
tú que no le debes nada a nadie, que tienes la ventaja de poder irte con tu fé
a donde tú quieras, a la luz, al cielo, a estar con tu Dios al que visitabas
cada domingo, tú que puedes vete. Pero todavía te esperaste dos días más,
quizá para darnos a todos la oportunidad de despedirnos con calma, de estar
contigo, de acompañarte en tu proceso de transición y eso te lo agradezco
infinitamente.
Yo que soy tan egoísta me cuesta chingos de trabajo soltarte,
dejarte ir. Porque yo me quedo acá de nuevo sin entender nada, con otro hueco
en el pecho, con otra ausencia acumulada en mis recuerdos. Pero como te dije al
lado de tu cama el Lunes pasado, te quiero y te voy a querer siempre y te voy a
extrañar diario, todos los días y a todas horas. Hoy el mundo se hace un lugar
un poquito más triste y también hoy yo me quedo huérfana de abuelos pero con
cuatro estrellotas en el cielo cuidándome siempre, de eso no me queda la menor
duda.
Abuela Tere, buen viaje. Espérame allá con Lala y con el
abuelo Héctor y con mi abuelo Andrés. No te olvides de los que nos quedamos acá
en este mundo, de todos a los que nos vas a hacer falta. Compártenos un poquito
de tu luz cuando, como hoy, todo pierda sentido.
Yo a esta vida cruel no la voy a acabar de entender nunca.
Dichosa tú, abuela.
Te quiero.
Tu nieta,
Andrea.
3 comentarios:
:(
Que padre entrada. Se me puso la piel chinita.
Gracias! Son esos procesos que sabemos que n día llegarán pero que esperamos nunca lleguen :(
Me acabo de dar cuenta que no tenía tu nuevo link, de todo lo que me he perdido!!
Lo agrego ya!
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Emilia
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