jueves, marzo 15, 2012

Mientras no se sepa.

Hoy, no sé por qué, me acordé que hace como un año mi mamá se enteró de que el que había sido su mejor amigo en la universidad llevaba muerto como veinte años. Se había muerto en un accidente de coche en la carretera, así nomás. Joven y con familia y con planes y con futuro y con todo eso que tiene la gente que anda viva por el mundo.

Y en todos esos veinte años, mi mamá pensando que estaba vivo por ahí, que nomás le había perdido la pista. Veinte años después de su muerte, su amigo, para ella, se acababa de morir. De alguna manera supongo que se murió de nuevo. Veinte años después de muerto volvió a ser un muerto nuevecito, reciente, de esos que duelen con un hueco en el alma, de esos cuyas ausencias aún no ha amoritguado el tiempo. Así lo lloró mi mamá ese día, con esa ansiedad de quien acaba de ser despedido.

Y entonces pienso que aún después de muerto, uno puede seguir vivo cuanto tiempo quiera, siempre y cuando la noticia no se sepa.