jueves, noviembre 24, 2011

Stuffing & cranberry sauce

Hoy, señor de los quáqueros y los pavos que celebras el Thanksgiving, quiero agradecerte por:

Todas esas personitas que me dan harta hueva, esas que se quieren hacer las interesantes y las cultas poniendo citas de libros en su Facebook, las que quieren dar lecciones de vida y de moral, las monitas que se creen señoras porque les gusta el color rosa y su máxima ilusión en la vida es decorar su arbolito de navidad junto con sus "hubbies" o "maridos" porque todas ellas me entretienen en mis ratos libres. Gracias por todas aquellas personas que no se dan cuenta de su pendejez y se creen muy listas; esas son las más divertidas. Gracias por sus timelines llenos de imbecilidades, leerlos me hace el día. Gracias por las cursiladas que ponen en sus muros y sobre todo gracias por dejarme saber que esas parejitas son las que menos cogen. Priceless. Horas y horas de sana diversión. Gracias por mi ácido sentido del humor y mi sarcasmo, por mis amigos que son muy inteligentes y lo comparten y hacen comentarios malísima onda que hacen que me cague de risa, gracias por todos aquellos "creativos" que se creen creativos por seguir y retuitear a Daniel Granatta (y que conste que contra él no tengo nada), gracias por el Instagram que hace que todos nos sintamos fotógrafos, gracias por mi trabajo y mis compañeritos que eso sí lo digo en serio, todos lo máximo de lo máximo y cazan zombies en Japón y se les pegan los acentos duranguenses y mis jefes me consienten y me traen mi Wacom.

Eso sí, te falló durísimo que no pudiera ir al Black Friday.

martes, noviembre 01, 2011

Mis muertos vivos.

Morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto, pasar el aire de una orilla a nado y estar en todas partes en secreto.


Lala y abuelo, no dejen de visitarnos hoy en la noche. Con todo el cambio de casa y los pleitos y el reacomodo este año no les pusimos ofrenda, pero eso no quiere decir que no nos acordemos de ustedes. Lala, no extrañes la casa. Tú te veniste con nosotros y todos nuestros recuerdos también. Las navidades, las muñecas, tu máquina de coser y el olor de tu cuarto; los colores de la colección de tus telas y el sonido de tus pantuflas cuando nos decías hasta mañana y te ibas a dormir. Abuelo, también tu recuerdo se mudó con nosotros. El sonido de tus dos timbrazos, la sonrisa que me ponías en los labios cada domingo cuando me traías mi queso doble crema y todas tus respuestas correctas cuando jugábamos maratón. Cuídenme a mi Morris y al Zamora, les han de estar haciendo compañía. No tengo veladoras para mostrarles el camino a la nueva casa, pero sé que ya lo conocen y que andarán por aquí de visita en la noche. Ah, y no se les olvide darme un beso antes de irse. Los extraño no sólo hoy sino todos los días, y hasta donde anden les mando, como siempre, todo mi amor.

Nos vemos pronto.

Feliz día de muertos.